Sus primeras lecturas fueron los comics de su hermano: “El Capitán Trueno”. A los seis años canjeó unos tapones de goma (de las antiguas inyecciones), acumulados tras buenos comportamientos en clase, por un libro de fábulas: “La zorra y las uvas”. El primer libro con el que lloró fue: “Mi planta de naranja lima” de Mauro de Vasconcelos. Se enamoró en Salamanca tras los poemas de Mario Benedetti, Machado; con “Rayuela” de Cortázar y con las canciones de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés.
Su relación con la escritura es un “quid pro quo”, la escritura le da espacio para interceder en temas de gestión emocional y ella ofrece a la escritura palabras en las que habitar.
Su primer libro lo publicó en 2022: “Mi abuela Felipa y el ovillo de lana”.
Creadora de dos proyectos de escritura colaborativa: Club 19 y Bufete de Escritores. Ambos proyectos han visto la luz a través de la publicación de: “Relatos Intensos con aroma de café” y “Un sueño por cumplir”.