Los haiku-pájaro que componen esta colección han surgido de la observación y del contacto estrecho con la naturaleza, en soledad, y en silencio. De modo…
Los haiku-pájaro que componen esta colección han surgido de la observación y del contacto estrecho con la naturaleza, en soledad, y en silencio. De modo que no es de extrañar que la emoción poética haya encontrado acomodo en el lenguaje del haikú, un género próximo al zen y que en ocasiones se distingue de la poesía.
Otros haiku-pájaro se sumaron más tarde, cuando la heterogénea bandada tomaba vuelo llamando a especies con las que estoy menos familiarizado. Por otro lado, si los haikús aspiran a la claridad y a la transparencia, las ilustraciones que aquí les acompañan vuelan más bien desde zonas oscuras, se deben a la fantasía y a la intuición, y si complementan a los primeros cumplirán su propósito.