PRÓLOGOSe dice o se decía, que las hadas ya no existen, pues al olvidarlas se han extinguido, porque ya vivimos en un mundo mecánico y…
PRÓLOGOSe dice o se decía, que las hadas ya no existen, pues al olvidarlas se han extinguido, porque ya vivimos en un mundo mecánico y frío, donde las tradiciones orales se van convirtiendo en cosas frívolas y sin vida. No obstante, una vez apareció algo en esta cámara de seguridad. Por supuesto, cuando le enseñas la foto a alguien, dice que es una gota de agua o un insecto. Aun así, yo quiero creer que todo esto existe, pues es un resplandor de alegría para mí, ya que a mí me gusta creer en la magia y las hadas, aunque sepa que no existe.Cree, imagina y siente, pues una sensación de felicidad invadirá tu alma, ya que todo se está volviendo gris y seco, especialmente cuando nos hacemos adultos y nos convertimos en una pieza más del sistema.SINOPSISEsta historia empieza con un amargado cuervo, que se posa sobre el tejado de nuestro protagonista, observándolo desde su tragaluz. Sin comentar nada más de ese animal, hay que decir que, en ese momento, a ese chico en la cama se le estaba acabando la poca felicidad que poseía.Al día siguiente, fue a un bosque a apagar su sufrimiento. No obstante, las cosas no salieron como planeaba, encontrándose en ese misterioso bosque 128 huevos de hada. Los cogió y los llevó a su buhardilla.Unas horas después, y debido a la felicidad que le brindaban esos huevos, decidió coger una vieja incubadora y meter en ella uno, sin saber que, aparte de esa felicidad que le iba a traer esa acción, también se estaba sumergiendo en un mundo de misterio y terrores. Quien intenta criar a un hada, sin duda, se enfrenta a grandes y peligrosos retos, de los cuales nunca se sabe si se podrá salir. Todo esto desembocará en una terrible situación, la cual puede afectar a una ciudad tan grande como Dublín.